A I’ horizon, un petit vapeur est passé
et j’en ai deviné la tache noire au bord
de mon regard, parce que je n’ avais pas
cessé de regarder l’ Arabe.
Albert Camus
Si hay en el iris
una mancha ligera sorprendida
sin otro blanco que su urgencia azul,
y enfrente un rostro estremecido espera
la furiosa descarga de la muerte,
también indiferente el mar disuelve
la mirada en su fuga del momento
fatal.
Es el destino
siempre por escribirse, más allá
de su ámbito en el doble desenlace
de expirar y saber que la aventura
se incumple en la tersura de la página.
Y en vilo quedan
la estela de la nada y las figuras,
un ausente extravío
y el temblor en las sienes:
la lectura.
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