Traje florido, cara bruna y salvaje:
tu perfume campestre del viento y de la estepa
invade estas colinas y el caminito fresco
y la nube viajera.
Traje de margaritas y de estrellas de mar:
en medio de las flores tu piel morena exuda.
Claveles de pastor al azar tiemblan
en tu pierna desnuda.
Y te fundías, suave, en la paz del paisaje
ojos grises de sueños y de gusto a morir;
o huías por la senda, en tu reír-
ruiseñor triste y tórtola salvaje.
Versión de José Agustín Goytisolo
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