«Los mitos son igual que guantes grises»
Leopoldo de Luis
Suave es el mar como una mano. Cuentan
que en el invierno entra por un guante
y cada dedo llena el hueco de sí mismo.
Lo ha aprendido ya todo en la humedad del tiempo
y, pacífico, avanza con la sabiduría
de quien conoce cosas que nadie más conoce.
Como una mano es que, ya enguantada,
se apoya sobre un brazo,
se oculta por el pliegue de una manga
o se funde en la niebla de su pecho.
Si suave es el mar, lo arrastra todo
con una voz muy tenue,
como surge la duda o crece la sospecha.
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