nadie creería que el verano
permutó su fiereza
por las insípidas nalgas de unos adolescentes
que posó su crecido desangre
en toallas afiladas en la orilla
que prefirió huracán David
a cinco días más tour
por el norte de la península
el verano produce aguajes
brisas truncas
cierto rencor de isla
queda el otro encandilamiento
el de torcer
día más
día trenzado en las rodillas
cortina azul
para despreciar los brebajes frescos
de un último verano
emprendido como siempre
a tropezones
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