I
Abandonas tu sombra en el camino
y te empuja la niebla a regar el otoño
con lluvia de cenizas.
Quizá te reconozca la añoranza de otros
que esperan que tus pasos delaten y murmuren
el nombre de la nube
que arrancó los cimientos de tu casa.
No sabrás si tus hijos
te llamaron a gritos con la boca quemada.
Si quedaron pupitres
con niños olvidados
o la tierra abrazó todas las almas.
II
EL último secreto que guarda la memoria
me ha dejado muda.
En esta tormenta que huele a pasado
se parten las ramas de todos los árboles
y un largo paseo me invita a ser alguien
que no reconozco.
Le han traído al tiempo la voz de otro idioma
y lleva las uñas pintadas de negro
como los fantasmas que no se acostumbran
a ser epitafio.
No quiero oír mañana que mi vida
espera un destino detrás de los sueños,
que no puedo ahogarme en este presente
que nubla la tarde
y entierra en su lienzo
a todas las sombras.