SONETO
Ellos murieron con la frente erguida;
también la tumba devoró al coloso
que humilló con su brazo poderoso
la cabeza de Europa enardecida.
Ellos cedieron con afán su vida
por el patrio blasón, noble y hermoso;
él, por regir con cetro belicoso
segundo Dios la humanidad vencida.
Una corona altiva y esplendente,
del tercer Bonaparte el culto abona
regia brillando en su blasón potente;
de ellos la tumba la virtud pregona;
¡héroes… dormid en paz…! para el que siente,
vuestra tumba es mejor que su corona…!
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