Qué más da si quemaste tus días tras ficciones,
si en la arena elevaste tu mundo imaginario,
soñando con tesoros en los golfos de turno.
Qué más da si de noche viste en ellos la vida,
y, a la mañana, no eran lo que ayuda a vivir.
Deja de preguntarte si ha valido la pena
dedicar tantos versos a un tema semejante.
Lo que creías que eran, lo que son, qué más da.
Y qué más da si ahora el sueño no te llega
para reconciliarte con los otros, los míticos,
y rogarles, si tienen sentimientos, que sea
mañana, para ti, qué más te da, un día
distinto,
al fin distinto.
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