Luna, llamada violenta
de la luz, sima del cielo,
desde esta quietud de noche plena
la vida reposa en lejanías.
¿Quién no se siente fuente estremecida
por la pleamar helada de los astros?
Arrebatados, en silencio, oímos
fluir esta bullente geometría:
la noche boga
por los ríos de luz,
y aún aceptamos otras leyes
que son las floraciones de la muerte.
El alma se abandona?
y por los ojos grandes del espacio
vaga, sobrecogida y sola,
a la deriva
de la inmensa patria.
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