A Francisco Serrano Méndez
Noche en el agua.
Yo te lo dije,
noche en el agua.
Cuatro luceros
clavan el aire,
cuatro luceros.
Por cuatro cielos
la noche vale.
Tiempo y alhaja
se lleva el río,
noche en el agua.
Noche que lleva su enorme cielo;
por lo que tiembla sobre sus senos
brilla en el río
con la caída de algún lucero.
Cayó un lucero.
Toda la noche puse los codos
en barandales iluminados.
Cundió la brisa sus nomeolvides
y el dulce vaho
cimbrea el aire que el viento roba
como sustrae
los colibríes sin una mano.
Noche que sacas
las cuentas claras de tus estrellas
en los papeles que el río cala.
Por los sauzales
pasó la onda que sabe cifras
y se equivoca con las estrellas que surgen tarde.
Con qué mirada
busco a la noche que se me pierde
tras la cosecha
de las estrellas
y a espaldas negras brilla ocultada.
Noche en la orilla de mi presencia
que me diluyes en liquidámbar.
Tiempo que suelta
y luego enlaza.
El aire brilla tiempo y alhaja.
A los rincones de las luciérnagas
la noche baja.
Y hay una mano de rayos X
que entra en mis ojos y se los lleva
para ocultarles otra mirada.
Noche en el agua.
Yo te lo dije:
Noche en el agua.