Todo es cantos, suspiros y rumores.
Agítanse los vientos tropicales
zumbando entre los verdes carrizales,
gárrulos y traviesos en las flores.
Bala el ganado, silban los pastores,
las vacas van mugiendo a los corrales,
canta la codorniz en los maizales
y grita el guacamayo en los alcores.
El día va a morir; la tarde avanza.
Súbito llama a la oración la esquila
de la ruinosa ermita, en lontananza.
Y Venus, melancólica y tranquila,
desde el perfil del horizonte lanza
la luz primera de su azul pupila.
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