Algún día hallaremos la fórmula
que nos indique la vastedad del universo
y la amplitud de nuestro corazón.
Algún día hallaremos la clave
en que ha sido compuesta la música
de las esferas y la encerraremos también
en nuestro corazón, levitados
canturreando satisfechos:
¡lo hemos conseguido!
Algún día hallaremos a Dios,
ya sabes, el Todo, a secas.
Sigo esperando para anotarlo
aquí en Rijmenam
con la fecha de mañana,
dentro de mil quintillones de años, hoy
con mi nombre y función, yo,
Fa Claes, notario del universo.
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