Los fragmentos de espejos amaban ríos.
Amistades con la sal. Con las cosas más antiguas.
Una novia de las fuentes y de los pájaros novios.
Los cabellos despiertos. La sal imagen mansa,
central de noches vivas. La luna cosa antigua.
Una piedra hierve su talle. El río anda.
¡Qué inexactos y justos los colores de la novia!
Un ave sonora como una margarita,
síes y noes naturales sabor de flor reciente.
Cada espejo una vena escurridiza y fría
donde gotea el olor de los ríos desiguales.
Sobre silencios nítidos la novia de los pájaros.
He ahí la dormida. Un pecho sólo.
Una novia de cosas. Como en cualquier estampa
los fragmentos de espejo amaban ríos.
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