I
el escenario es siempre el mismo
observa cómo el cielo cae sobre los pájaros
cómo un humo delgado anuncia el límite del día
la violencia del fuego que nos conmemora
no tienes otra desnudez
que esos puntos de luz
en donde te supones desdoblada
una segunda superficie que nadie recorre
sólo la imagen que te nombra
reconstruir un símbolo vacío
sobre el lugar sin límites
donde todo comience
la no conciencia vuelta maquillaje
el terror de los sueños a permanecer
II
siento vivir tus ojos contra el sol que se apaga
frente a este muro destruido
la ceremonia muere por desolación
el olor que has nombrado
más alto que la luz que el aire cristalino
es en mi rostro un brillo solitario
una extraña humedad
donde la noche nos reconocía
el techo desploma su ceniza sobre el amanecer
antes que el tiempo acabe
y nos absorba y desdibuje
ahora que ya no somos inmortales
deja entrar la mañana
por los cristales mal cerrados
silenciosa y furtiva
sólo déjala entrar
para que todo calle y continúe