¡Oh, cortesía, oh, dulce acogimiento,
oh, celestial saber, oh, gracia pura,
oh, de valor dotado y de dulzura,
pecho real, honesto pensamiento!
¡Oh, luces, del amor querido asiento,
oh, boca donde vive la hermosura,
oh, habla suavísima, oh, figura
angelical, oh, mano, oh, sabio acento!
Quien tiene en sólo vos atesorado
su gozo y vida alegre, y su consuelo,
su bienaventurada y rica suerte,
cuando de vos se viere desterrado,
¡ay!, ¿qué le quedará sino recelo,
noche y amargor y llanto y muerte?
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