Oídlo: esta es mi voz y este es mi acento
y es esta su más casta vestidura.
Esta es mi voz que se fugó en el viento
de los fieles cristales de su altura.
Esta la voz que me inspiró el acento
para ser un Quijote en la aventura:
en su aliento prospera el sentimiento
de que es cielo esta gris arquitectura.
Esta la que en mis júbilos sencillos
ha derribado todos sus castillos
para ver una nueva dimensión;
La que canta mis dichas y mis duelos
y os da, para alegrar vuestros desvelos,
el vino de mi rojo corazón.
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