Olvidable la muerte de todos, tú
y la vieja insatisfacción de amanecer,
furias abstractas por barcos hundidos
húmedos cargamentos de humo malva,
rostros torvos, fenicios y verdugos
venden sentido común
en la plaza
de San Lukáes evangelista, los Macabeos
-Noemí ha llorado del todo y Rut
abre sus piernas al doblón de oro-
los Macabeos
decía, los Macabeos eran un algo brutos
y lo hicieron todo por el qué dirán
qué dirán los náufragos y los ángeles
rueda la noche, arranca chispas
las estrellas
son más humanas desde aquel otoño,
eras aún una muchacha de tierra
que borraba el paisaje, no la tristeza,
no la trata de acacias, no la trata
de leyes de fugas, no la trata de sagradas
escrituras
no el dolor con rostros y apellidos.