A través de las frases
que dices, adivino las que callas
como, bajo los versos
de un pergamino antiguo -mal borradas
por la mano del monje
que para un jefe gótico miniara
en su blancura el trance de un martirio-
aparecen de pronto,
a contraluz de un sueño,
las líneas de un colérico epigrama.
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