Tu edad me asusta,
te defiende y me acusa; es el saberte igual
en un tiempo distinto lo que tal vez me entristece…
Un espacio de años nos separa,
mas un gesto tuyo anula la distancia.
En la puerta se perfila una aérea figura.
Héte aquí con el girasol de tus aureolas.
Ninguna presencia podrá turbar esta alegría
que me traes otra vez,
encanto regenerador que detiene el tiempo.
Una ligera brisa entre resplandores de luz levanta
nubes de arena y espuma.
Y lo que sale a flote
es que yo soy la musa y tú el cantor.
Agradable noticia, sentirse al mismo tiempo
maestro e inspirador.
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