Cuca está hueca. Sí, ¿no sabías? Le quitaron la matriz, los ovarios, todo. Quizá por eso él la llama Hiroshima
Mon Amour. Sí mujer, y ella se cree que no se ha enterado nadie. Y en realidad todo el mundo finge ignorarlo, no sólo,
naturalmente, ante ella. Sí, sí, yo creo que lo saben, que sí mujer, cómo no lo van a saber. Fíjate qué importancia
le da a la cosa. No, no, a mí la matriz no me la quitaron, pero sin embargo yo misma se lo conté atodo el mundo
como la cosa más natural. No, cómo iba a llevar un vestido malva. Y qué obsesión que si la miran, que si la tocan.
Y nadie la mira, ¡cómo la van a mirar! y nadie la toca. Qué cosas tienes. Sí, sí, pues dice fíjate que si por un momento
se olvida de correr bien los visillos, y se ha quitado las medias, ¿ qué otra cosa iba a decir, la pobre?
En seguida ¡plaf! los curiosos, como les llama ella, se asoman a la ventana de enfrente, del patio. Los curiosos.
Algo así como los ovnis, los curiosos.
Para evitar a los ladrones de bolsos de Leopoldo María Panero
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