La noche
derramándose a mis espaldas.
La ciudad no calla
y aunque el silencio es urgente
todos sus gritos están bien.
Nada importa
la pareja es distancia
duplicada en todo caso.
Fragilidad humana inminente
me niego a apreciar las flores de papel
mientras camino.
El ruido alcanza la desesperación.
No tengo los pies sobre un autobús.
Los olores de otros no me acosan.
El sudor de otros
no me cuenta la historia de hoy.
El autobús no frena
No existe.
Sin embargo
me siento apretujada
entre muchos.
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