Montes de orégano en la noche crecen
y se diluyen en la madrugada.
Un árbol es la torre de la iglesia.
Voltear la carga y aromar el aire.
En silencio los pájaros escuchan.
Andar como sonámbulos entre cerros;
despuntar de mañana:
Es la estrella en el polvo
erizada de espinas.
Es la flor y es el canto
que amanecen.
A ratos entre escombros y zozobras,
dormita el fugitivo de sí mismo.
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