A los gritos de un niño
que cae de un balcón
se me pone la
piel de gallina
y si leo en los diarios
la crónica de la tortura
se me pone la
piel de gallina
cuando conozco cuerpos
trenzados sin amor
se me pone la
piel de gallina
casi nunca ocurre algo
que deje de conmoverme
y me ponga la
piel de gallina
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