En líbico marfil tallas tu sueño
de amor, la ninfa de tu ser exalta,
y entre labios de olímpico diseño
flores de perla tu buril esmalta.
Sufres; el bloque de mirar risueño
donde la fiebre de la vida falta
yace inmóvil: la sangre de tu dueño
bajo las curvas gélidas no salta.
Atiende el cielo tu clamor. «Resurge»,
Apolo clama; la beldad esquiva
tórnase carne y a la vida surge;
la besas bajo el ático plafondo,
y entre la red de su pestaña viva
hallas lo azul sin límite ni fondo…
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