Es la hora de las campanas,
cuando se cierran los abismos.
Con la luz de la madrugada
vuelven al mundo los caminos.
Vuelve el murmullo de los árboles,
el silencio de las espigas.
Vuelven las manos lentamente,
hacia las páginas del libro.
Vuelve la realidad perfecta
de tu presencia sin olvido.
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