¿Por qué no soy yo tu cuerpo
sobre mi cuerpo desnudo
para abrazarme a mi tronco
y sentir que soy yo mismo
ascendiendo por mis muslos?
¿Por qué no soy yo tus ojos
para mirarme los míos
y decirme con miradas
lo que al mirarte te digo?
¿Por qué no soy yo tu boca
para besarme en el fuego
que se despierta en mis labios,
y al besarme desde ti
sentir la verdad del beso?
¿Por qué no soy yo tus manos
para jugar con las mías
haciendo idilio de tactos
y sentir que me acaricio
con tus yemas encendidas?
¿Por qué no soy yo tu vida
para sentir lo que siento
desde tu propia existencia
y sufrir en tu cerebro
el dolor del pensamiento?
Quisiera ser vaso y vino,
las raíces y las ramas,
la ribera y la corriente,
la campana y el sonido,
el combustible y la llama.
Sigue durmiendo sin verme
que yo, despierto, a tu lado,
vuelo al vuelo de tu sueño,
y estoy tan cerca de ti
que respiro por tu cuerpo.