Por donde vayas -Annelein- cuéntanos tu tristeza.
Cuéntanos de qué madera se rasgaron tus voccs,
bajo qué mirada te desnudó la inocencia.
No te vuelvas Annelein. De todas
las partes de tu cuerpo es tu espalda,
la que mejor compone tu semblante. No
nos enseñes nunca el rostro -Annelein-,
porque así podrás vivir siempre en nosotros.
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