Qué fría y profunda es la herida que me habita
qué miedo más alto y concreto
cuando cruzo el umbral de mi noche más extensa.
Qué difícil es el dolor cuando todo perece y nada queda
y me diferencia de ti y me aleja
dicha de mi silencio,
que clavada estás en mi espalda ya desnuda.
Añadir un comentario