Quedar, quedar, quedar, como enterrados
vivos a los que va faltando el aire,
esta única obsesión: sobrevivir
cuando la nada acabe con nosotros.
Quedar, quedar, quedar, dejar un rastro
de que un día existimos, fuimos alguien,
vengarnos del callar definitivo
con este grito que llamamos arte.
Quedar, quedar, quedar, sobrevivir
aunque sea tan sólo unos segundos,
como enterrados vivos cuyas huellas
arañan la madera de la caja en que yacen.
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