Raya, dorado Sol, orna y colora
Del alto monte la lozana cumbre;
Sigue con agradable mansedumbre
El rojo paso de la blanca Aurora;
Suelta las riendas a Favonio y Flora,
Y usando, al esparcir tu nueva lumbre,
Tu generoso oficio y real costumbre,
El mar argenta, las campañas dora,
Para que desta vega el campo raso
Borde saliendo Flérida de flores;
Mas si no hubiere de salir acaso,
Ni el monte rayes, ornes, ni colores,
Ni sigas de la Aurora el rojo paso,
Ni el mar argentes, ni los campos dores.
Añadir un comentario