La adivinamos breve también aquellos años.
Inexplicable y breve
como la luz del cuarto que baja hasta las sombras
rosadas y malignas de las tardes felices.
Como el baño en el mar donde seguimos
la dirección secreta de las olas
o el cuerpo de lagarto de la espuma.
En todo la encontramos y a todo parecida
no dibujó en el curso de los sueños
las formas desleales de una ausencia.
No simuló en nosotros ninguna eternidad
ni apareció tan bella como quisimos luego.
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