El siglo esta aquí,
abierto ante los ojos.
Trae consigo la voz alzada,
la voz nacida de la profunda América.
Esa voz que a veces es borbollón de sangre
manando por una grieta,
y a veces, tan sólo a veces,
es grito abierto en el aire y alarido de parturienta.
Mas quién va con ella… Quién… y por dónde?
Nadie.
El siglo, como esta tierra,
están anudados, solos, en el ombligo de la noche.
América…
día dormido aún en el horizonte.
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