Varón de seda fugitiva,
espejo de este azul tan transparente,
descalza tu lenguaje,
llévame en tu frente;
en tu trueno-música recoge mi tambora,
mi hormiga de colores
y esta magia-real que a ti te explora.
En tus brazos apriétame
la nostalgia de ti,
hasta hacerla callar.
Porque yo en ti deseo
ser, minuto, segundo. Hora.
Estancia y minucia de tus sueños,
necesidad, hambre permanente. Mar.
Idea, carne, flor del valle.
Montaña de peñasco antiguo.
Cordillera fértil de tu boca.
Y en tu pecho,
en tu latir de sangre-tierra-roja,
ser, ser contigo esta profunda lágrima que llora.
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