Regresa la palabra de su exilio
a dar de vez en cuando lo indecible:
lo hermoso de hacer pausa
a distancia de beso. La palabra
regresa inmersa en el silencio
y limpia de banalidades, baila
con nuestro sentimiento:
la calle paralela ya real.
Misiva es tu mirada:
detrás de la emoción de nuestro abrazo
resbala la tristeza de la ausencia.
Castillo, escollo, cielo y mar nos guardan.
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