Si un verso olvido nunca me devuelve su cita.
Volver es tan difícil como morir de veras,
por eso son distintas todas las primaveras
y esperamos en vano que un sueño se repita.
¡Y tú quieres llegar! En mi mano vacía
tu presencia se vierte reducida y oscura;
se pudren las raíces y el brote no me dura
lo que dura el deseo bajo el golpe del día.
Si hay para cada instante una voz diferente,
ni hay silencio que envuelva por dos veces mi frente,
ni ola que desdoble repetida en la orilla,
¿cómo vas a llegar sobre tu propio paso
si el camino es distinto, y hasta Dios tiemble acaso
al besarnos dos veces en la misma mejilla?
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