Prefiere verse rubia de polen que llenarse de perfume.
Lleva en la mirada la luz de las luciérnagas
y bajo sus alas blancas, una canción de niña que arrulla a sus muñecas.
Hace sonar sus piedrecillas de colores y lee mis libros con sus vocales sueltas.
Cuando empieza la lluvia, llena su cuarto de sonrisas,
porque caen cristales del cielo y se alfombra el suelo con charquitos.
En un rincón de sueños,
trae el cuento del ‘Patito Feo’ para que yo le invente paisajes de fresas
con leche y nubes de azúcar, de redondas toronjas y mangos rosados.
Enlaza al corazón del alba, un ancho racimo de alegrías.
Juega a ser misteriosa como un ave,
y pasa sobre el secreto del tiempo cantando a los bosques del invierno.
Mira islas blancas de cielos y alondras
que anidan con invisibles vuelos.
Juega con el chocoyo parlanchín verde y nervioso,
que vuela como pájaro de mar sobre su pecho.
Llena cajitas de caracoles, hojas y flores, improvisando torres.
Prefiere gotas de rocío a muñecos de felpa.
Es una niña que goza con atrapar ríos de astros
para hacerlos el surtidor de su risa encantada…
Me busca con sus manos firmes
para hacer viajes imaginarios a países blancos,
hasta un rincón de sueños
donde la vida apenas empieza…
Rincón de sueños de Yanira Soundy
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