Bajo el árbol redondo de hojas nuevas,
en el rústico banco del idilio,
ella estalló de pronto en carcajadas
como fuente que brota a borbotones.
Y estremecido el olvidado banco,
como si todo el júbilo del mundo
hinchara de vigor sus viejas fibras,
hizo saltar mi cuerpo alegremente
con renovada furia hacia las nubes.
Añadir un comentario