Mientras yo sueño, el pálido rocío
cubre calladamente de perlas las llanuras.
La fría mano de la noche lo va dejando caer
sobre el terciopelo de las flores.
No llueve; el cielo está claro.
¿De dónde vienen esas gotas temblorosas?
Es que, antes de formarse,
ya estaban todas ellas en el aire.
¿De dónde vienen mis lágrimas,
si todos los arreboles del cielo
están esta noche llenos de dulzura?
Es que ya las tenía en el alma
antes de sentirlas en los ojos.
Tenemos en el alma una ternura
en que se estremecen todos los dolores,
y a veces es una caricia la que nos turba
y hace brotar las lágrimas.
Versión de Max Grillo
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