Rondel para un joven violinista de Pablo García Baena

Mi canto, para aquél que no sabe
mi nombre. Para aquél que no sabe,
mi sonrisa. Y mi amor para mí,
creciendo ante la luna, alzándose a la luna
inmóvil bajo el ropaje rígido,
bajo el plegado áureo de su luz
y la fugaz diadema de la fiebre
ardiendo con su gema misteriosa…
Para aquél que no sabe, mi canto y mi sonrisa.
Para ti, con tus labios de tierra,
que en góndola embriagada pasas
suave y silencioso
acariciando oscuros cabellos de violines,
el mar tiránico y la inhumana dádiva de la música
por quien desfalleces y para quien eres sólo
un torpe vaso donde ella vierte avara
unas gotas falaces de su vino,
mientras, alta, en la alta gradería,
ella ríe sagrada y desleal.
Tu beso vivo
para la carne de la humilde madera
que la armonía esparce sólo con ser tu espejo,
y los puros sonidos,
cuando pulsas sombrío el corazón nocturno
en las cámaras frías donde arde el tenebrario de la madrugada,
acuden a tu mano como trémulas aves
sumisas, en espera de la simiente pródiga.
Sueñas con escenarios, pesados terciopelos de telones
que un éxtasis de aplausos detuviera.
Gala de las arañas encendidas
y los hombros desnudos por los palcos;
perlas enfermas en gargantas níveas
y un zumbel de doradas abejas coronándote,
Haydn de nuevo… Y la hortensia morada
de tus párpados agrandándose lívida,
ignorando que hay un pájaro libre en tu ventana
picoteando en el cristal sonoro,
y la inicial de una muchacha escrita en la manzana que te comes,
y un canto para ti, que no sabes mi nombre,
para ti que no sabes mi sonrisa.

Añadir un comentario
Leer la poesía Rondel para un joven violinista del poeta Pablo García Baena en el sitio Blogpoemas - los mejores poemas hermosos sobre el amor, la naturaleza, la vida, la Patria, para niños y adultos en español de los célebres poetas clásicos.