Eres la sangre en breve arquitectura
de corazón al viento acostumbrado.
Amor en rojo y en aroma pura
nostalgias de gorrión enamorado.
Quién te hizo rosa-fuego en la verdura
esperanzada y férvida del prado?
Y ese sufrir de espinas y dulzura
y jardín por alondras clausurado?
En tu clara bondad de miel caliente,
sombra casi de fruto sugerente
entre nubes y pájaros soñando.
Y en tu llama de sangre perseguida,
indefinidamente indefinida,
sigues por tu perfume caminando.
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