Hijo, ¿crees que un ángel insurgente
se cayó del infierno en las parrillas?
¿Crees que Adán parió por las costillas
y que Eva dialogó con la serpiente?
¿Crees que pecas porque aquella gente
una manzana se comió a hurtadillas?
¿Crees que Jericó hízose astillas
al sonar del clarín la voz valiente?
¿Crees que Josué al astro más visible
detuvo, y que un profeta nada romo,
voló con su carreta combustible?
¿Crees que me ilumina el dios palomo?
¿Crees, en fin, que el Papa es infalible?
—Sí, tata cura; pero no la como.
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