Voy a arrojar un número de granos.
Casi caso la pluma con papel
en un pacto de signos deslenguados:
forcejeo de ideas emplumadas.
Seismona duerme con un arco
para mojar las flechas en el sueño.
Desplaza sobre el llano la memoria,
se cruza con la sombra del venado
y las huellas de un tigre perdido
que traza el ocho de la fiera en celo.
Seismona sueña con Ocho-Venado
Garra-de-Tigre y cambia de postura
sobre el lecho de pieles atigradas
que tatúan su cuerpo cada noche.
Seismona sueña con un charco
para quemar las fechas en el viento.
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