Hoy me he sorprendido
escribiendo de ti en pasado…
Era tan delicadamente cándida,
tan blanca era su piel
y tan suave,
tan hermosa su voz
y su mirada…
Luego he llorado
para hacerte presente
hasta que he comprendido
que te he querido tanto
que no te reconozco así,
desmadejada.
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