Si yo pudiera verte rama ardida,
prometida de espejos -flor de celo-
quebrando el aire dulce sin consuelo,
en ámbitos de lumbre despedida.
Espacio estéril, cielo sin salida.
¡Ay, qué gozosa muerte es tu anhelo
de agua y tierra apretada, de tu cielo
sin ángeles! Tu cielo sin huída,
allí, donde mi voz está callada,
con el borde deshecho, con la frente
sin tarde: ¡clavel!; rosa desolada.
Sueño de sueño, luna de gemido,
-claridad despoblada- impaciente;
sí, campo, mar, estío, aire querido.
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