Si yo pudiese ir a decirle:
«Es tuya; no me inspira ni siquiera amistad;
ya no quiero a esa ingrata,
pero está pálida y delicada:
cuida de ella, por compasión.
«Escúchame sin celos,
pues el ala de su fantasía
no ha hecho más que rozarme.
Sé cómo su mano rechaza,
pero sabe ser dulce para los que ama.
No la hagas nunca llorar.»
Versión de Max Grillo
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