Tejiendo estoy. Mi estancia conmovida
da forma a un corazón, punto por punto.
Ahorcada en mi laurel separo, junto,
se me escapan los hilos de la vida.
Tejiendo estoy. La prenda sostenida
se quiebra ante la pena que barrunto.
Me lastima tu ausencia y su conjunto
en la rabia que crece a mi medida.
Crece, toma la punta en su llamada,
rompe el tiempo con un chocar de agujas,
dos pinchazos de lleno en la mirada.
Crece, cunde; Mas déjame después
sola, rota, volviéndome al revés,
tiritando en la piel, desmadejada.
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