Suave, como tener madre y hermanas,
la tarde rica desciende…
No llueve ya, y el vasto cielo
es una gran sonrisa imperfecta…
Mi conciencia de tener conciencia de ti
es una prez,
y mi saberte sonriendo
es una flor mustia en mi pecho…
¡Ah, si fuésemos dos figuras
en una lejana vidriera!…
¡Ah, si fuésemos los dos colores
de una bandera de gloria!…
Estatua acéfala retirada a un lado,
polvorienta pila bautismal,
pendón de vencidos que tuviese escrito
en el centro este lema:
¡Victoria!»
Versión de Rafael Díaz Borbón
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