Tal vez fuese verano y los jazmines
del parque estaban vivos. Por las noches
olían. Y dormían en silencio
los pájaros oscuros de las torres.
El mundo iba muy lento. Tú tenías
una blusa turquesa y unos ojos
muy grandes y una voz blanca y alegre
y unos pechos que no pesaban nada.
Recuerdo que reías, y mirabas
como quien mira a Dios, como quien mira
el mar desde los montes de la aurora.
Recuerdo, era verano y tú eras malva,
tenías en el cuerpo la dulzura
de las moreras blancas y los guindos.
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