«Hacedme casto… pero aún no»
San Agustín (Confesiones)
Aprendí la virtud de mi madre, pero de los lobos a mentir como un sofista para ganar en el amor y en la tierra.
Imaginé todo sobre lo inmoral y caminé sin Dios por mis propios senderos.
Quise morir con la dignidad del romano cortándome las venas en un baño caliente y hasta besé a una mujer viuda para ganarme un pedazo de tierra donde morir, pero nada me salió bien ni me hizo feliz.
Con historias de ficción iluminé mi existencia y todos fueron engañados pero a nadie le creí sus gestos de amistad y afecto.
Fui un hombre solo que fié mi prestigio a los ardores de la lengua, sin humor y sin ataduras convencionales.
Morir no me hace gracia, ni reencarnar, ni llegar al cielo.
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