Gentlemen,
seguimos nuestra excursión
a muchas brazas bqjo el nivel del Egeo.
Yorgos Seferis
-De acuerdo: ya no existen visionarios,
el exceso de amor no está de moda
-tampoco el adjetivo de color-
y es ridículo hablar de las sirenas;
el poeta se ausenta del poema y, entretanto,
toma café o el sol con los amigos,
baja un taxi hasta el mar y la metáfora
se desnuda delgada entre las olas.
-¿Prefieres la piscina? El poema no sufre
descarnado de ti; toma un vaso y ginebra,
sumerge tu inocencia, paladea
la tarde sin noticia,
sin mito, sin pasado, en la indolente
hamaca del silencio. De regreso,
tu poema te aguarda suicidado.
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