Oigo pasar el viento con su cola de perro
perseguido,
con sus manchas de siglos y caminos que
alargan mi
(orfandad.
Con mística tristeza murmura en los tejados
y de mi insomnio se lleva una ciudad dormida.
De lejanos países viene repitiendo el mismo
llanto.
De lejanas montañas trae el lenguaje de bosques
(taciturnos
que arroja al mar para que el agua se hinche.
Helado viento que traes la bufanda llena de
agujeros,
pon en tu cuello mi soledad.
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